Todo hombre de integridad ha de ser un buen ciudadano....
La integridad y la integración se adhieren entre sí debido a que nadie con valores incorrectos se podrá relación correctamente, 1 Juan 1:5-7. Cuando no hay integridad no hay integración en nuestra vida. Se aprecia en la vida personal, conyugal y social del individuo. Los fundamentos de una buena relación estan en los principios el cual se a elegido vivir, no se vive bien con malos valores. No se practica bien lo que se conoce mal. Mientras que la integridad trata de los valores personales, la integración se aplica a la práctica de esos valores para la buena convivencia interpersonal.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmos 119:11
Consideremos la vida personal de José. La integridad moral de José fue puesta a prueba en la línea de la “oportunidad”. La proposición de la esposa de uno de los hombres más poderoso de Egipto, le otorga a José una ventana delante de su condición de esclavo. La deshonestidad conyugal de una relación dañada por el poder, Génesis 39:7-9 no hizo que José cambiara sus principios, su integridad e integración permaneció intacta a pesar de su condición de esclavo. Su entorno no afectó su conducta moral.
Por último, es muy bien sabido que la política no posee amigos sino aliados que con facilidad cambian de bando constantemente. Vasta con pensar salir a la palestra pública cuando los adversarios estarán removiendo toda las piedras para buscar el talón de Aquiles de su adversario, y Daniel no sería la excepción. Daniel un estadista político, comprendió que la honestidad no admite grados, no podemos ser parcialmente honesto o hasta cierto punto. La honestidad es un número entero no una fracción. Así que cuando los enemigos de Daniel buscaron debajo de las piedras para buscar su punto débil, descubrieron que delante de ellos había un hombre de integridad, Daniel 6:4. Así que discurrieron en atacar su fe. Y erraron porque un hombre de integridad es también integro a lo que cree, su fe no cambia por la posición que ostenta, este tipo de líder reconoce que solo es administrador.
Los líderes genuinos poseen una vida integra con Dios, en sí mismo y con los demás. Saben abrazar los valores correctos para la vida, 1 Tim. 3:1-13; Tito 1:6-9. La honestidad, la lealtad, el respeto, la responsabilidad, la sobriedad y la tolerancia es parte de su bagaje. Comprenden que la axiología es valor y el trato con respeto. Su vida se compone sobre la base del amor, la moral, la ética y el carácter.