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  • Foto del escritorJosé de la Cruz, M.th

JUSTICIA EN TIEMPO DIFICIL

La epístola de Santiago fue escrita en una época difícil, frutos de la situación social, era posible ver con recelos a los ricos y poderoso de la época, 2:4. La explotación del rico al pobre pondría la fe de ambos bandos en duda, 5:1-6; Santiago no titubea al señalar el origen del malestar social (vosotros, 2:6. “los ricos”). No obstante, dicha situación social podía conducir a más de un creyente a caer en el pecado de la violencia. Sin embargo, Santiago hace una pregunta reflexiva para el creyente que padece injustica y desea tomar acción con sus manos,


¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?


Vivir acorde a la fe no radica en conocer de Dios, sino de la acción justa de la fe 4:17. Debemos tener claro que la maldad radica en la incapacidad de hacer lo bueno. Así que delante de la injustica debemos ser paciente y obedecer a la palabra de Dios 2:10.


Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios,

Mateo 5:9-12


Santiago para sustentar dicha idea de ser pacífico y no violento delante de la injusticia nos presenta su argumento: parte de la primicia, ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?


De esta forma Santiago nos plantea como podemos ver la sabiduría. La primera sabiduría, la terrenal. Dicha sabiduría parte de los sentimientos más perversos, los celos amargos, luego trasciende lo interno, generando una lucha emocional en nuestro corazón “mente” y finalmente manifestándose en la acción humana, las obras perversas producto de la perturbación, 3:13-16. Por tanto, esta sabiduría no procede de Dios, porque la justicia divina no obra en el hombre que actúa con rencor y violencia.


Santiago1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.


Finalmente, Santiago presenta la otra cara de la sabiduría, la que desciende de lo alto. La cual es pura por carecer de las condiciones pecaminosas de lo terrenal, el miedo, la vergüenza y la culpa, (Gn.3:10). Esta sabiduría posee los elementos necesarios para producir el fruto de justicia y la paz. Ella posee en sí mismo la pureza, una justicia que no es violenta, sino amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos; más bien de acción correcta, Santiago3:17. No produce incertidumbre ni hipocresía, producto de la fe fingida, más bien es producto de la justicia y de la paz que actuamos en el hombre maduro.


Libro de Mateo, Jesús nos recuerda que todo hombre justo su justicia debe ser superior a su acción, Mateo 5:20-26.



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