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  • Foto del escritorJosé de la Cruz, M.th

¿DE QUÉ VANDO ESTÁS RABBI?

Actualizado: 6 may 2021



Marcos 10:2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer.


En los días de Jesús el rol de la mujer estaba dictaminando por el hombre. Ella no tenía mucha elección, excepto ser buena hija, esposa y madre. El hombre podía abandonar a la mujer por cualquier excusa. Dentro de los fariseos había dos grupos: uno defendía la escuela de Shammai, estos creían que el divorcio no era permitido por ningún motivo. El otro grupo, la escuela de Hillel, afirmaban que sí, el hombre puede divorciarse por cualquier motivo, (Mt. 19:3). La repuesta de Jesús no se inclina por ninguna de la facción, sino que pone de manifiesto el maltrató a las mujeres producto del pecado humano, “Por la dureza de vuestro corazón.” Aunque el abuso hoy está presente y buscamos repuesta desde la problemática social, no cabe duda que el pecado está vigente. El pecado ha producido que, en vez de amar el hombre a su esposa, él procure enseñorearse de ella, (Gn.3.16).


 

La dureza del corazón es el mecanismo de defensa humano ante el dolor. Los cayos de las manos son producto de la constante exposición al dolor y el maltrato que con el tiempo forma una coraza para evitar el dolor, pero a su vez restringe la capacidad de sentir y percibir. Así es el pecado en el corazón del hombre sin temor, el pecado lo cauteriza y lo envanece al punto que ya no percibe el amor del prójimo, 1 Ti.4.2, Ro.2.15. Dejando el precepto de vivir sabiamente con ella.


Proverbios 6:27 hace una pregunta retórica para ilustrar las consecuencias del adulterio: "¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan?

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