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  • Foto del escritorJosé de la Cruz, M.th

¿POR QUÉ NO?

Actualizado: 2 ago 2020



Mateo 15.21-28 nos presenta un relato conmovedor, lleno de amor y compasión ante la impotencia de una madre que ruega por su hija enferma. La historia vislumbra la frustración de una madre que lucha ante la empatía encarnada en una de su dos esfera, silencio o el desprecio, (vv. 23, 24, y 25).


No importó la diplomacia !Señor, hijo de David!, las súplicas o los ruegos, cada exclamación ante su dolor fue acompañada de un silencio total de Jesús o un rechazo departe de los discípulos. !Sorprendente, pero real!


A simple vista hay muchos motivos aceptables, primero, no es judía, sino extranjera. Segundo, la misión Divina de Jesús estaba limitada al pueblo judío (Mt. 10.5-6) y en especial a la casa de Israel (v.24). Tercero, el marco histórico, los amigos de tus enemigos serán siempre tus enemigos. Finalmente, la condición de ser una mujer Cananea la hace una víctima de la fuerza del mal, la enfermedad y la muerte; en cambio Jesús es la fuerza del bien, la sanidad y la vida, por tanto son dos fuerzas opuestas y antagónicas. ¿Qué pueden tener en común?


En el texto se observa que hay algo que impide la sanidad. Por definición lo que impide el triunfo de la vida pertenece a la esfera del mal y la muerte en este mundo. Dolorosamente lo que se opone a la salvación y la sanidad es la interpretación limitada de los religiosos que excluyen a esta mujer y su hija del pacto. Dos motivos son poderosos: primero el etnocentrismo religioso (racismo religioso) que hace excluyente a muchos de la fe. Segundo, sexismo en una sociedad patriarcal, “machista” que la rechaza constantemente y la discrimina por su género. Esto dos elementos ponen de manifiesto la realidad del orgullo religioso nacional de Israel.


El verdadero mensaje de Dios no es excluyente ni debe ser exclusivo de algunos (Mt. 28:19). Lamentablemente al igual que la historia del buen samaritano ni los interpretes, ni los sacerdotes fueron capaces de librarse del yugo de la religión excluyente. En el relato de Mateo nos presenta una víctima más del verdadero milagro Divino, la salvación. No haber escuchado el mensaje Divino de quienes fueron comisionados, la excluye de los beneficios del reino.

Al leer este relato puede hacer pensar que quizás Mateo se está dirigiendo a los líderes de ayer (Israel) y hoy (Iglesia); quienes deberían ser personas influyentes como la sal o la luz….


Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Hechos 13.47


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